Mt 22, 1-14
Jesús nos invita a un banquete, a una fiesta muy especial. Una fiesta organizada para la boda del hijo de un rey. Y, sin embargo, muchos de los invitados no quieren acudir. ¡Increíble! El rey, entonces, convida a otros invitados, pero alguno no va con el traje adecuado. No se ha enterado de la importancia de la fiesta. ¡Qué pena! ¡Cuánta gente despistada! El rey invitando a algo sin parangón y ¡qué poca respuesta!
Vistamos nuestro corazón de fiesta. Seamos conscientes del gran don que recibimos. Que este revestimiento nos lleve luego a actitudes concretas de fraternidad, como nos pide el papa Francisco en esa gran encíclica que es Fratelli tutti.
Dibu: Patxi Velasco FANO
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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