Mt 22,15-21
¿A quién te vendes? ¿A quién nos vendemos? ¿Al “César, dinero, comodidad- placer-egoísmo”…? ¿De quién es nuestro corazón? ¿Del Padre que rodea al mundo con el amor del Hijo? ¿O del peso de lo que ata y no nos deja ser nosotros mismos? El Padre posee la capacidad de mirada más amplia y acogedora que podamos imaginar.
El que vive colmado por el “dios” dinero u otros “dioses”, no puede mirar, porque su codicia se lo impide. El dinero impide una mirada generosa, que es a la que nos lanza continuamente el banquete de la eucaristía.
En este día del DOMUND ampliemos nuestra mirada a la realidad que nos ofrece el testimonio de tantos misioneros y misioneras en todo el mundo. San Damián el misionero de la isla de enfermos de lepra en Molokai, nos invita a olvidar al César y reconducirnos: “Pongámonos en las manos de Dios, como instrumentos en las manos del obrero. En la vida o en la muerte, seamos siempre de Jesús”. No nos equivoquemos y entreguemos el corazón al Señor del Amor.
Alentados por el testimonio y la intercesión de los santos misioneros, dediquémonos con pasión a ofrecer con generosidad los dones que hemos recibido. Aquí o allá, seamos Teresa de Calcuta, Carlo Acutis o Damián.
Dibu: Patxi Velasco Fano
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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