Mt 21,28-32
Somos duros de cerviz y, por más indicaciones que recibimos, no acabamos de enterarnos de que estamos invitados a trabajar en la viña del Reino. Aunque llama la atención –o quizá hoy no tanto- la desfachatez y el comportamiento inadecuado del primer hijo con su padre, lo que interesa en la perspectiva de esta parábola es que fue a la viña y trabajó, es decir, que cumplió con su voluntad.
Esto indica que exteriormente puede parecer que estemos unidos al Evangelio y, en verdad, esta no sea una opción radical en nuestra vida. Recordemos las críticas de Jesús a los fariseos que eran especialistas en dar el “sí” a Dios y luego vivían enmascarados en su hipocresía.
Revisemos nuestra vida y corrijamos, personal y comunitariamente, tantos condicionantes que nos impiden con valentía asumir el trabajo del Reino . Lo que importa es ir a la viña y estar abrazados a Cristo. Si encima lo hacemos sin protestar, mucho mejor. Es decir, como muy bien plantea Patxi Fano en su dibujo, el ‘sí’ nos hace vivir en el Espíritu, el ‘no’ nos cierra en nuestro egoísmo. Ojalá nos adelantemos a pronunciar con la vida antes que con las palabras de la boca.
Amemos, con valentía y con entrega, en silencio y continuamente. Que estemos tan volcados en amar, Señor, que no nos demos cuenta de que el amor es una tarea.
Dibu: Patxi Velasco Fano
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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