viernes, 22 de julio de 2016

Más Jesús de Nazaret que Pokémons…

Que la gente está dispuesta a buscar y está dispuesta a levantar su trasero del sofá para ir allí donde su Smartphone le indique que puede esconderse algo que le interesa… se está demostrando con la irrupción del Pokemon Go. Ahí están buscando Pokemons los jóvenes, los maduritos, las solteras, las comprometidas, los calvos, los melenudos, los chinos, los europeos, las argentinas… Todos, sin excepción, en búsqueda.
Como no soy de esos a los que les gusta demonizar el presente y moralizar acerca de lo mal que lo hace la gente, prefiero hacer una lectura positiva de lo que está sucediendo, algo que, por otro lado, ya intuía: las personas, hoy en día, estamos en búsqueda y necesitadas de algo que nos dé una razón para levantarnos de la apoltronada vida que nos hemos construido; cómoda, previsible, segura, tecnológicamente avanzada pero falta de profundidad y de verdad. Por eso es buena noticia saber que hay algo que nos mueve, aunque sean los Pokemon.
Lo siguiente que me viene a la cabeza es que, sin duda, parece que la Buena Noticia del Evangelio no es tan atractiva como los Pokemon. ¿Somos los cristianos, que somos aburridos, clásicos, pesados, justicieros, moralistas, cansinos…? ¿Es el medio, el formato, que no es tan apasionante ni tan atractivo para la gente de hoy? ¿Es el objetivo final, que no comporta ningún interés? ¿Qué hace que la mejor buena noticia de la historia, Jesús de Nazaret, no sea tan popular como los Pokemon?
¿O será tal vez que nos gusta buscar y encontrar sólo aquello que sabemos que no va a cambiarnos la vida? ¿Será tal vez que sólo nos gusta salir ahí afuera a buscar una felicidad a medias, temporal, momentánea, instantánea, soluble como el Nesquick, voluble como el vapor de agua? ¿Será tal vez que un Pokemon, en el fondo, ni ama ni padece? ¿Será, tal vez, que lo que nos asusta es sentirnos vivos de verdad, con toda la libertad por delante? ¿Será, tal vez, que preferimos jugar de mentirijilla a vivir de verdad?
Pues es momento de volver a decirlo: Jesús también está en todas partes. Tienen a Jesús en las iglesias, en hospitales, en escuelas, durmiendo bajo cartones de la Gran Vía, huyendo de la guerra tras el desierto, tapado con una manta térmica en cualquier lancha de salvamento del Mediterráneo, en la mirada de amor, en la mano arrugada de tu abuelo anciano y sabio, en el pasado de tu vida que quieres olvidar, en ese futuro que anhelas, en las lágrimas de tu corazón… El mundo está lleno de Jesús de Nazaret y, como sucede con los Pokemon, requiere que tú salgas a buscarlo y a encontrarlo. Él ya se ha hecho presente. Sigue a tu corazón, busca las señales, déjate guiar… y lo encontrarás. No tengo ninguna duda. Y cuando lo encuentres… tu vida pasará de nivel.

Un abrazo fraterno – @scasanovam