martes, 12 de mayo de 2015

Cuatro propuestas para ser "sal de la tierra" (II)


Segunda propuesta : Comprometernos con la reconciliación


« Cuando estás presentando tu ofrenda en el altar, si te das cuenta de que tu hermano tiene algo contra ti, deja tu ofrenda allí y ve primero a reconciliarte con él o ella. » (Mateo 5, 23-24)
En todos nosotros existe la aspiración a vivir juntos como una familia humana, pero eso no sucede por sí mismo, ni en una familia, ni con amigos, ni en nuestras ciudades y pueblos, ni entre naciones.

Cuando los cristianos se reconcilian, se convierten en un signo en el seno de una humanidad que busca su propia unidad.

Hay situaciones en las que la reconciliación es urgente. Para comprometernos con esto, tenemos que entender los miedos que aprisionan a otros en los prejuicios. También debemos darnos cuenta de que otras personas pueden tener algo en contra de nosotros.

El Evangelio nos llama a no transmitir a nuestro alrededor o a la próxima generación los resentimientos heredados del pasado.

  • ¿Podemos atrevernos a fomentar encuentros entre personas que no comparten las mismas ideas, el mismo estilo de vida o la misma religión, que no provienen de la misma cultura o el mismo origen social? ¿Podemos llegar a conocernos unos a otros, invitarnos unos a otros? ¿Podemos encontrar la valentía para pedir perdón y perdonar?
Extraído de www.taize.fr/es