lunes, 12 de enero de 2015

Los indecisos


¡Ay de nosotros, los indecisos! A menudo se nos pasan los trenes y las oportunidades, por no estar seguros, por querer guardarnos algún as en la manga, por miedo a perder oportunidades al cerrarnos puertas. De pequeños decidimos pocas cosas, otros -generalmente los padres- deciden mucho por nosotros. Pero luego se van empezando a cambiar las tornas. Y uno tiene que optar por cómo va a emplear su tiempo, si va a estudiar -y en ese caso qué- o trabajar, si arriesga o asegura, si se va de casa, si empieza una relación, cómo va a vivir la fe... Tal vez acertemos o nos equivoquemos, pero perderíamos la batalla de antemano si no somos capaces, de vez en cuando, de decidir.

Extraído de pastoralsj.org