sábado, 8 de noviembre de 2014

Comentario Evangelio del domingo 9 de noviembre (32 tiempo ordinario, ciclo A)

Continuamos leyendo a Mateo siguiendo el texto del domingo anterior, Jesús dialogando en Jerusalén con los discípulos en el contexto reflexión escatológica del esperado Reino de Dios.

Se trata de la parábola de las diez doncellas, cinco de ellas prudentes y otras cinco imprudentes.

La finalidad de la enseñanza del género parabólico es extraer una moraleja que ayude en la fe y en la actitud  de vida.

El mismo texto al final trae una moraleja. Pero se pretende que el lector o el auditor extraiga su propia enseñanza personal.

La parábola con esta ficción narrativa lo que pretende es exponer y constatar una realidad de la vida humana: que hay personas más inteligentes y prudentes que otras y que esto no es delegable ni compartible. Las jóvenes prudentes aman pacientemente, las imprudentes ansiosamente.

Parece que el relato hace referencia a una costumbre: Desde la casa paterna de la novia, el novio acudía con jóvenes amigas y se iban a su futuro hogar.  Como este recorrido tenía lugar ya de noche, se preparaba un cortejo con lámparas de aceite.

El primer punto a considerar es que aparte de la moraleja, la parábola muestra una realidad teológica: Que el Reino de Dios es comparable a una celebración de Bodas, a una fiesta de alegría.

El segundo punto es la lectura alegórica de la parábola, que hay una demora en la llegada del esposo símbolo del retraso en la llegada del Reino de Dios.

El tercer punto: Considerar otros símbolos como son el aceite y la luz que representan el amor y la fe.

El cuarto punto: Es otro asunto que plantea la parábola, el problema de la “no participación” de algunas personas en la fiesta. Por ello decimos que es es una Parábola que refleja la crisis de la comunidad en la espera de la Venida de Jesús.

Finalmente comentar que este domingo coincide con la Dedicación de la Basílica de Letrán, fiesta litúrgica del calendario romano. Hemos mantenido el evangelio del domingo porque las doncellas prudentes expresan bien las “piedras vivas” del edificio de la comunidad cristiana.

Marcelino Sánchez sj