lunes, 7 de abril de 2014

Seminario Espiritualidad Ignaciana

Queremos compartir con todos cómo fue nuestra sesión del Seminario de Espiritualidad Ignaciana. Nos tocaba comentar y debatir el artículo que versa sobre los laicos y los jesuitas. Cuaderno nº 48 EIDES: IGNACIO DE L.SEGLARES Y JESUITAS. De J. Rambla sj.
Para la lectura, relectura y reflexión personal y grupal del documento teníamos una serie de preguntas que nos facilitaron en un díptico unos días antes.

Sobre la identidad laical se comentaba que es como un “sentirse interiormente” seguidor de Jesús en su vida de laico en la comunidad eclesial. Se recalca la importancia de tomar decisiones para vivir la espiritualidad en profundidad, buscando sinergias con otros laicos. Se remarca el hecho de sentirse en la comunidad eclesial como “laica y mujer”. Un reto para la identidad laical es cuando el sistema social plural desafía a la fe y desasosiega, pero se conserva dicha identidad cristiana laical. De ahí la dinámica profética: espiritualidad vs indiferencia religiosa . De todas maneras pretendemos vivir la identidad laical propia en una sociedad plural con alegría.
Sobre el “poder”, hablamos de aprender a discernir su uso. Que su uso revierta en el bien de los demás, convirtiéndose entonces en “servicio”. Por ello hablábamos de aplicar siempre las “sospecha" al ejercicio del poder al nivel que sea. Junto al poder abusivo de unos, hay adulación y sumisión de los subordinados muy frecuentemente en la Iglesia.
Sobre el “placer” se comentaba que la antropología moderna ha ayudado mucho a su valor y necesidad. La antropología aristotélica-tomista era represiva de lo sensible, sensitivo y biológico por considerarlo “inferior”, de ahí su desprecio y "pecaminosidad". El gozar ordenada y sanamente de las cosas en la sociedad hedonista actual tampoco ayuda. A veces esta situación no permite disfrutar en profundidad de la vida. Por ello, el placer como un bien o medio humano es necesario educarlo en libertad y responsabilidad.
En relación con el binomio: Iglesia estructura o iglesia comunidad. Decimos que hacen falta las dos. Pero se subraya que de principio, ha de existir una comunidad, que a su vez ésta ha de organizarse y no al revés. En la tradición, al laico se le ha infantilizado y culpabilizado o también sobrecargado.
La misión compartida entre laicos y jesuitas es un reto a construir. En algunas instituciones como colegios y centros universitarios está en avanzado proceso, en instituciones pastorales como parroquias o iglesias está todavía muy incipiente.
En nuestro caso, Parroquia Madre de Dios, está formándose una "superestructura" llamada PAL (plataforma apostólica local de Andalucía Occidental) en el marco de la formación de la Provincia única de España, en la cual nos correspondería intervenir para una coordinación pastoral, en la cual se pueda, a corto y medio plazo, mantener en nuestra parroquia la identidad ignaciana y la atención pastoral de algún jesuita. Para ello es necesario un proceso de una gestión compartida entre laicos y jesuitas. No hay soluciones simples y rápidas. Vemos necesario entrar en un proceso a tres bandas: Compañía de Jesús, Diócesis y comunidad parroquial.

Os invitamos a todos a nuestra próxima sesión: Darío Mollá. AYUDA ANTE LA DIFICULTAD Cuaderno nº67 de EIDES. Se tendrá el Martes 27 de mayo de 2014. 

Marcelino Sánchez, sj