Judas salió del cenáculo de noche. Dispuesto a entregar al Maestro por 30 monedas… empezó bien con él, se entusiasmó con su manera de hacer… parecía que había llegado el revolucionador de todo… y así era, pero Judas no lo captó a fondo. Jesús le había decepcionado al parecer: “No Jesús, así no. Tienes que ser más radical. Contigo y así, no. Mejor la vida sin ti”. Y al final, ni siquiera vida…
Pedro sale en defensa de Jesús: contigo hasta el fin del mundo Jesús… yo te cuidaré, te protegeré, no permitiré te ocurra nada malo… Yo sin ti, ya no soy nada.
Pedro, Pedro… no seas tan bocazas. A la primera de cambio, cuando ves las barbas de tu vecino mojar… ya sabes como dice el refrán… te entró el miedo, no, el pánico. Y le negaste. No conozco a ese hombre. Y era cierto: no conocías lo que sería la vida con él… pero después de las lágrimas, después de otra triple confesión… de amor.
Hoy, Pedro, ni contigo, ni sin ti. Hoy, que a cada uno de nosotros nos sea concedida la gracia de esa firme decisión que nos permita acompañar sin dudar al Maestro, vaya donde vaya.
acompasando.org