Una misma realidad para unos puede ser un drama y para otros una gran alegría.
¿Por qué sucede esto?
Porque cada uno miramos la vida de una forma diferente.
Unos se ponen las gafas de la esperanza y el consuelo mientras otros tiñen sus cristales de negro dificultando la visión del colorido que existe a su alrededor.
Unos miran con odio a los demás mientras otros armonizan sus colores con mirada compasiva y misericordiosa.
Unos ven en 3 dimensiones problemas que no son de alto alcance mientras otros intentan tamizar los dolores de la vida marcando una estela de luz a su paso.
¿Qué gafas te pones a diario? ¿las que oscurecen la realidad mostrándote misterio y miedo en cada uno de tus pasos?... ¿o las que transparentan la luz del día en los rostros que a diario encuentras?
Las "gafas" de Jesús, eran claramente "gafas de amor" que miraban tras el cristal limpio y transparente del perdón y la amistad.
¡Esas son las gafas que quiero llevar porque, con seguridad, me ayudarán a ver más allá de lo que veo y a vivir más allá de lo que espero!
El dolor se convertirá en posibilidad de crecimiento y aceptación... y la alegría será oportunidad de ser cada día un poco mejor.
Extraído de Reflejos de luz
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