Aquí vemos a este Pedro veraniego que confía plenamente en Jesús con sus esquís acuáticos. Es la fe la que nos posibilita seguir a Jesús en las más variadas circunstancias. Ojalá tengamos ese impulso que Patxi dibuja esta semana en la persona de Pedro.
Nos puede ocurrir que nuestra fe decaiga, desfallezca o que nos entre temor. Tengamos la humildad entonces de decir como Pedro: “Señor, sálvame”. Jesús extenderá la mano y nos agarrará.
¿Cuántas veces hemos notado esa mano de Jesús en nuestra vida?
Hay algo que nunca falla: con la fe no te hundes.
Fernando Cordero, sscc.
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