sábado, 29 de julio de 2017

Reglas ignacianas para sentir con la Iglesia

Todas las épocas tienen sus fobias y sus filias. Y cabría decir que a la nuestra no le van las Reglas para sentir en la Iglesia que propone san Ignacio en sus Ejercicios Espirituales [352-370]. Hoy, de la espiritualidad ignaciana, es más fácil vibrar con la relación entre fe y justicia; pero eso de “obedecer en todo a […] la nuestra santa madre Iglesia jerárquica” nos chirría más.

Y es que es cierto que están escritas con acentos de otro tiempo, pero estas reglas siguen respondiendo al propósito para el que se escribieron: invitar al que hace Ejercicios a que se acostumbre a despojarse incluso hasta de aquello a lo que uno se agarra con más fuerza, es decir, la propia opinión.
En su obra Sentir con la Iglesia, el jesuita Medard Kehl nos invita a releer estas reglas aprendiendo a ver en ellas una oportunidad para mirar el mundo con los ojos de la que es no sólo nuestra Madre, sino también la Esposa de Cristo. Una esposa que puede estar a veces ajada por los años, avejentada y con arrugas; pero que sigue siendo hermosa y sabia gracias a Aquél que hace nuevas todas las cosas.

Extraído de Espiritualidad ignaciana