Ahora
que estamos a punto de celebrar en la parroquia las Primeras Comuniones quería
escribiros acerca de esta expresión.
La expresión “Primera Comunión” se
refiere a la primera vez que se recibe el sacramento de la eucaristía. Desgraciadamente,
muchas veces es la primera y la última que se recibe. Antiguamente, la
eucaristía era un sacramento que se recibía de mayor, cuando el neófito se
introducía en la comunidad, tras haber recibido el bautismo y la confirmación
(cristiano adulto). La Eucaristía es el culmen de la Iniciación Cristina. El
Papa San Pío X en 1910 estableció la posibilidad de dar la comunión a los niños
con uso de razón, y establecía la edad de siete años para este sacramento junto
con el de la penitencia. Este es el momento en el que se invierte el orden de
la iniciación cristiana, anteponiendo la eucaristía a la confirmación, para que
no se diera una aglutinación de sacramentos (penitencia, confirmación y
eucaristía), perdiendo esta iniciación cristiana el sentido original y pleno. Cierto
es que esta edad de uso de razón era la que era capaz de distinguir el pan
cotidiano con el Cuerpo de Cristo, y esto, no muchas veces lo tenemos claro ni
los propios adultos. San Pío X también hablaba de la preparación para este
sacramento con catequesis preparatorias.
¿Por qué se le llama a este sacramento
el sacramento de la comunión? Ciertamente, la Eucaristía es el Sacramento que
realiza la Comunión del cristiano con Dios (comunión vertical) y la Comunión de
todos los cristianos entre sí (comunión horizontal). Recibimos a Cristo
Eucaristía para ser más como Cristo: hay un dicho que dice “somos lo que
comemos”. Además, Henri de Lubac en su obra Meditación
sobre la Iglesia afirma que “La Iglesia hace la Eucaristía y la Eucaristía
hace la Iglesia”. La primera afirmación se refiere a la celebración de la
Eucaristía y presidencia por parte del sacerdote, ministro de la Iglesia. Y la
segunda: sin eucaristía no hay Iglesia, porque necesitaría algo que es esencial
para la Iglesia, la comunión, que se expresa y realiza en la Eucaristía.
La palabra comunión viene del griego koinonía, y dice mucho de la primera
comunidad cristiana, que después ha sido una de las características propias de
la Iglesia, junto con la liturgia (celebración
de la eucaristía), martyria (predicación
de la Palabra de Dios) y diakonía (servicio
a los demás).
Por
esto mismo, muchas veces se habla que hay personas que no pueden comulgar ya
que no solo se recibe el Cuerpo de Cristo, sino que al comulgar se está
expresando la comunión con la Iglesia. Y hay acciones nuestras que nos hacen romper
con esta comunión. Hay pecados que, cuando se cometen, incurren en una pena
canónica impuesta por la Iglesia para expresar la gravedad del mismo, y hacer
reaccionar a la persona. Esta pena canónica puede ser la excomunión latae sententiae en la que se incurre con dichos
pecados, y sabiendo esta pena. Pecados con esta pena son el aborto consentido,
atentar contra las Especies Eucarísticas, atentar contra el Papa, revelación
del secreto de confesión… Para el levantamiento de dicha pena y perdón de los
pecados, el confesor debe tener la licencia para dicho levantamiento. El Papa
Francisco ha concedido la licencia de absolver el pecado de aborto a todos los
sacerdotes y de manera permanente. El resto, se tendría que recurrir a la autoridad
competente. La excomunión impide a la persona acercarse a cualquiera de los
sacramentos, a no ser el del perdón y con el debido arrepentimiento.
La
ruptura de la comunión produce el cisma (en lo disciplinar) y la herejía (fe),
que a lo largo de nuestra historia se ha manifestado y nos ha dividido. Pero la
Iglesia sigue buscando esa comunión plena entre católicos, ortodoxos,
luteranos, anglicanos… con la intención del mismo Señor “que sean uno” Jn 17,
21, trabajando el ecumenismo.
La
comunión es algo muy importante en la Iglesia, y la eucaristía nos ayuda a
vivirla y manifestarla. Por eso es tan importante que nuestra parroquia viva
esta expresión de comunión en la Misa Dominical, celebrando los distintos
grupos, movimientos, asociaciones… todos los que participamos en una misma
acción pastoral en Parroquia Madre de Dios.
Pidamos al Señor por estos niños que pronto
van a recibir al Señor por vez primera, para que Él los cautive y deseen vivir
como Él. Que no sea la primera, sino el inicio de una historia preciosa de Amor.
Y a nosotros, que nos ayude a vivir esta comunión con Dios y con la Iglesia que
se manifiesta precisamente en la eucaristía, y que, signo de esta realidad es
la Eucaristía Dominical, donde todos nosotros nos unimos para nutrirnos del
Señor, los que compartimos la misma comunión, Palabra, servicio y celebración. En
la misma eucaristía hay una oración epiclética sobre los que la celebramos que
dice: “Te pedimos, Señor, que el Espíritu Santo congregue en la unidad, a
cuantos participamos del Cuerpo y la Sangre de Cristo”. Así, el Cuerpo de
Cristo (eucaristía) edificará el Cuerpo de Cristo (Iglesia).
Antonio Luis Sánchez Álvarez,
párroco.
Está muy bien que lo leamos los padres antes de llevar a nuestros hijos a dar el paso de recibir al Señor por primera vez y que no quede en una celebración más sino en una vida caminando junto a Él
ResponderEliminarGracias por la reflexion tan interesante. Es muy importante saber de donde viene cada accion.
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