Cercano
al Vía Crucis parroquial que será, D.m. el viernes 24 de marzo a las 20:00 hs, me gustaría que recordáramos un poco esta práctica de piedad. Es una expresión
latina que significa "camino de la Cruz", es decir, el que recorrió
Cristo durante su Pasión, desde el Pretorio de Pilatos hasta el Calvario. Dicha
expresión se utiliza también de modo habitual para designar una forma de
oración acompañada de meditación sobre los acontecimientos ocurridos en ese
camino de Cristo, al que se añaden el hecho de su muerte en la cruz, el
descendimiento de la misma y su sepultura. Junto a diversas oraciones, en
general de penitencia y arrepentimiento, se van intercalando catorce
meditaciones, que se llaman «estaciones», porque los que hacen este ejercicio
de piedad se «estacionan» o detienen unos momentos para meditar en cada uno de
los siguientes acontecimientos o escenas:
Los
precedentes del Vía Crucis datan de los primeros siglos del cristianismo, de la
piadosa compasión con que los cristianos primitivos veneraban los pasos de la
Vía Dolorosa. La española Silvia Eteria, peregrinó a Tierra Santa en el siglo
IV. Y en su Peregrinatio describe el
ejercicio piadoso de los cristianos de Jerusalén, recorriendo durante la Semana
Santa el camino del Calvario.
La
mayoría de estas «estaciones» han sido tomadas del Evangelio, otras las ha
deducido o añadido la tradición piadosa del pueblo cristiano con una sana
lógica.
En
cuanto a los orígenes de este ejercicio piadoso, es cierto que los cristianos
de las primeras centurias veneraron los lugares relacionados con la vida y
muerte de Cristo. Esto se facilitó a partir de la paz otorgada a la Iglesia por
Constantino, con lo que se multiplicaron las peregrinaciones a los Santos
Lugares, y de las que se conservan descripciones desde el s. IV. La célebre
peregrina Eteria, por ejemplo, da una relación de los actos que se celebraban
en Jerusalén en la Semana Santa en los distintos lugares relacionados con la
Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. A todo esto, hay que añadir la
importancia de Santa Elena, madre del Emperador Constantino, que peregrinó a
los Santos Lugares y, después de orar en la Vía Dolorosa, encontró la Cruz del
Señor gracias a los Milagros que ya se hacía por esta magna reliquia. De aquí
la adoración a los Lignum Crucis (Leño
de la Cruz) que están por todo el mundo, y que pertenecen a la Cruz del Señor.
Con
motivo de las Cruzadas se manifestó aún más la devoción hacia los lugares en
que se había realizado algún episodio de la Pasión de Cristo. No se contentaron
los cruzados con haber venerado esos mismos lugares, sino que trajeron a sus
respectivos países la idea de realizar algo parecido a lo que habían visto y
obrado en Jerusalén. De ahí que se erigiesen en muchas partes «Calvarios»,
luego «Vía Crucis», con los que los fieles manifestaban su fervor,
agradecimiento y amor a la Pasión de Cristo, oraban y meditaban en ella, etc. En
Jerez de la Frontera, se comenzaba en la Alameda Cristina y llegaba hasta la
Capilla del Calvario, subiendo por la Calle La Sangre. De hecho, aún se
conserva el primer monolito del Vía Crucis en la esquina entre la Alameda
Cristina y la Calle Porvera.
Es necesario meditar y conocer bien
la vida y persona de Cristo, también su Pasión y Muerte, para facilitar la
identificación con Él a que está llamado todo hombre. El motivo de sus dolores es
el de siempre: el pecado. Estamos llamados a seguir los pasos de Cristo en su Pasión con nuestra cruz cada día.
Antonio Luis Sánchez Álvarez,
párroco.
Muy interesante. El vía Crucis qué es en la parroquia o en la calle?
ResponderEliminarD.m. será por las calles, llegando hasta San Miguel, aunque si llueve tendremos que hacerlo en el interior de la Parroquia. Un saludo!
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