jueves, 28 de julio de 2016

Misa del Papa en Czestochowa, esta mañana

Miles de peregrinos esperaban al Papa Francisco esta mañana en Jasna Gora, el principal centro de peregrinación de Polonia y donde se alberga el famosísimo icono de la Virgen, la Virgen de Czestochowa, un icono que se atribuye al evangelista Lucas.
Su primera visita, como no podía ser de otra manera, tuvo como protagonista a la Virgen. Papa Francisco se postró ante la Virgen de Czestochowa teniendo un momento de oración y recogimiento.
Los miles de peregrinos asistentes permanecían, mientras tanto, en la explanada. Allí esperaban la celebración de la Eucaristía y el posterior mensaje del Pontífice.
La impresionante imagen de los asistentes contrasta con el mensaje que quiso dejar el Pontífice. Dios se hace presente en la humildad y la sencillez, Dios es cercano y concreto.
Para argumentar esta idea principal, Papa Francisco mostró en su homilía el hilo divino que teje la historia de la salvación y explicó cómo “cuando Dios se hizo hombre, la humanidad no estaba tan bien preparada, y ni siquiera había un período de estabilidad y de paz: no había una «edad de oro»”.
Por ello, comenzó su intervención destacando cómo fue “la venida de Dios en la historia”: “Ningún ingreso triunfal, ninguna manifestación grandiosa del Omnipotente: él no se muestra como un sol deslumbrante, sino que entra en el mundo en el modo más sencillo, como un niño dado a luz por su madre”.
Fue esta sencillez la idea principal de su intervención, Dios “no viene con ostentación sino en la pequeñezen la humildad”.
Ante ello, el Pontífice alertó del peligro del poder: “ser atraídos por el poder, por la grandeza y por la visibilidad es algo trágicamente humano, y es una gran tentación que busca infiltrarse por doquier”, Terminó su homilía hablando de que Dios es concreto y manifestando “la ternura concreta y providente de la Madre de todos, a quien he venido aquí a venerar como peregrino” (refiriéndose a la Virgen de Czestochowa).
La Virgen como ejemplo de vida cristiana: “Si hay alguna gloria humana, algún mérito nuestro en la plenitud del tiempo, es ella: es ella ese espacio, preservado del mal, en el cual Dios se ha reflejado; es ella la escala que Dios ha recorrido para bajar hasta nosotros y hacerse cercano y concreto; es ella el signo más claro de la plenitud de los tiempos”.
“Que ella, causa de nuestra alegría, que lleva la paz en medio de la abundancia del pecado y de los sobresaltos de la historia, nos alcance la sobreabundancia del Espíritu, para ser siervos buenos y fieles”, terminó expresando el Papa Francisco.el estilo de vida cristianos: “donarse a los demás, cancelando distancias, viviendo en la pequeñez y colmando concretamente la cotidianidad, esto es exquisitamente divino”.
Extraído de Aleteia