sábado, 6 de junio de 2015

Comentario Evangelio del domingo 7 de junio (festividad Corpus Christi, ciclo B) - Marcos 14, 12-16; 22-26

Hoy leemos el relato de la institución de la eucaristía de Marcos. Es un texto muy interesante por varios motivos.
El contexto es de cena pascual, pero no es la cena ritual de pascua judía propiamente dicha sino una de despedida de él.
Ha de reflejar claramente ya la praxis de la celebración de la eucaristía de la primitiva comunidad por tanto las mismas palabras puestas en boca de Jesús serían de la liturgia que celebrasen las comunidades. Y sobre todo las paulinas.
En tercer lugar, las últimas palabras de Jesús sobre que no beberá más vino hasta que lo haga con vino nuevo del Reino de Dios son reveladoras de esta expectación mesiánica. Que no se cumplieron en vida de Jesús ni después.
Por ello consideramos los siguientes puntos:
1º punto: Jesús celebra una cena de despedida con sus discípulos, intuyendo su muerte.
2º punto: En nuestra cultura mediterránea, el pan y el vino en la mesa no pueden faltar. Elementos imprescindibles para vivir humanamente.
3º punto: Jesús parte el pan y lo hace su cuerpo como símbolo de su entrega. Se ofrece como alimento para la vida.
4º punto: Para que todos puedan comer y vivir, y habría que decir, sobre todo los más pobres.
5º punto: La comunidad recuerda a Jesús en su gesto sobre el pan y el vino. La Cena se convierte en memoria de Jesús.
6º punto: Jesús ofrece vida en plenitud.  Una vida alegre y esperanzada, siempre en crecimiento.
7º punto: De parte del discípulo comulgar con Jesús supone vivir en su seguimiento. Es cuestión de vida, no de ritos. La comunión con Jesús es vida compartida, es compromiso por la justicia, la paz, el amor mutuo.
8º punto: Celebrar como Él hizo y como Él vivió. La eucaristía de Jesús es fiesta y alegría.                   
9º punto: Es posibilidad de vida plena, de ser felices  y vivir con dignidad.


Marcelino Sánchez sj