sábado, 20 de junio de 2015

Comentario Evangelio del domingo 21 de junio (12º tiempo ordinario, ciclo B) - Mc. 4, 35-40

Continuamos leyendo el relato de Marcos contemplando a Jesús ahora con un signo que manifiesta su Señorío y su poder divino.

El texto respondería a la pregunta de fondo: ¿Quién es Jesús?

El enmarque del relato son las actividades de Jesús como predicador itinerante del Reino que va de pueblo en pueblo caminando o en barca pasando de un pueblo desde una orilla a otra.

Veamos sobre el texto unos considerandos previos:

Obviamente es un relato con ecos míticos y maravillosistas.

También tiene elementos simbólicos: el mar encrespado (símbolo del mal del mundo) y la barca de Pedro (símbolo de la comunidad).

Por eso podemos afirmar que el texto refleja las dificultades que atravesaba la Iglesia primitiva en el contexto del Imperio romano que era una amenaza para ellos. La comunidad es esa pequeña nave que navega a la deriva. La fe de muchos naufragaba ante las amenazas y presiones del medio hostil.

Por ello podemos consideramos los siguientes puntos:

1º punto: Vivimos en un mundo plural. Se acabó ya el pensamiento único.

2º punto: Algunos lo viven como amenaza porque viven demasiado en la conciencia racionalista-idealista.

3º punto: Hay muchos miedos y resistencias porque está cambiando la humanidad hacia una conciencia trans-personal y se desbarata el dogmatismo a muchas personas.

4ºpunto: Hay muchos problemas entre nosotros por las injusticias, la ambición y el fundamentalismo de muchos.

5º punto: Jesús, el Cristo, está presente aunque no lo parezca. Dios está en silencio.

6º punto: Arribaremos a buen puerto si confiamos en Dios. Si nos entregamos en la fe purificada de miedos y prejuicios racionalistas. Hace falta mucha confianza y apertura a Dios que nos habla en la realidad presente.



Marcelino Sánchez sj