El sábado 7 de marzo fue un día
de oración en nuestra parroquia. Tuvimos un retiro cuaresmal en el que
participamos toda la comunidad parroquial y como meditación y oración final,
tuvimos la inmensa suerte de contar con el testimonio de vida del grupo musical
IXCÍS. Sus voces se transformaron en profetas que nos trasladaron la Palabra y
el Amor de Dios.
Como
dijo nuestro querido párroco Marcelino, IXCÍS practicó meloterapia (que
textualmente significa: curación a través de la música). Dios se adueñó de sus
cuatro voces para transmitirnos su Salud, su Salvación, para recordarnos que
nos ama profundamente y que Su Ternura corretea y se cuela en cada rincón, Su
bondad tatúa nuestra imagen en cada palma de Sus manos, Su ternura corretea y
nos habita sin descansar y rehace cada ruina,
suavemente nos susurra NO, NO nos puede olvidar (letra adaptada de una
de sus canciones).
La
noche se transformó en oración, comunidad orante a través
de la música, degustando y experimentando las maravillas del Amor de Dios (“Tú
vales mucho más que todo el oro, Tú eres el aire que respiro, mi razón, lo
primero, lo mejor que me ha pasado, mi Señor”), sintiendo en cada estrofa el
apoyo y el amor de los hermanos que formamos esta parroquia. Cuaresma es tiempo
de reflexión, meditación y cambio. Este comparcierto-oración, fue una
oportunidad maravillosa para poner en práctica todo esto.
Gracias
a Fermín, Susana, Olivia, y cómo no, a nuestro querido hermano Alfonso (miembro
de nuestro coro parroquial) por haber sido profetas del Amor de Dios en
nuestras vidas y por habernos dado la oportunidad de orar con vosotros
compartiendo y cantando vuestras canciones. Gracias por el esfuerzo que habéis hecho al
venir desde distintos puntos de nuestra geografía andaluza. Gracias a nuestro
Dios por habernos regalado este momento de unión con él a través de sus
maravillosas voces. Gracias a nuestro párroco Marcelino por estar siempre
dispuesto a facilitar el crecimiento espiritual de nuestra comunidad. Y gracias
a esta maravillosa comunidad parroquial de Madre de Dios en la que me siento
acogida, apoyada, corregida, impulsada, y amada.
Mª
del Carmen Casas