Muchas veces queremos enseñar el amor por medio de palabras. No nos
damos cuenta que Jesús propone otro camino. Más díficil y comprometido,
pero también más efectivo y cercano al sentir de Dios.
El amor se enseña a través del ejemplo. La vida pública de Jesús es una
constante preocupación y actividad en bien de los demás. Jesús anuncia
el Reino a través de gestos liberadores, haciendo presente el Reino en
la vida de la gente de su tiempo, especialmente de los más sufridos, que
son los preferidos de Dios.
Al acercarse el fin de su vida quiere enseñarles a sus discípulos que
esto es lo más importante, lo que permite conocer a Dios, lo que lo
anuncia y hace presente con fidelidad. El amor llevado a la vida
práctica.
¿Por qué nos cuesta?
¿Dónde ponemos el acento en nuestro anuncio?
¿Seguimos los pasos de Jesús?
Extraído de Reflejos de luz