sábado, 1 de noviembre de 2014

Comentario Evangelio del domingo 2 de noviembre (31 tiempo ordinario, ciclo A)

Continuamos leyendo a Mateo siguiendo el texto del domingo anterior: Jesús dialogando en Jerusalén con los discípulos en el contexto de crítica profética a la religiosidad que viven los sacerdotes y fariseos, que detentando el poder religioso se hacen portavoces de la autoridad de Dios, manipulándola según sus intereses.

Viven sujetos a la pura heteronomía y en el cumplimiento de las normas justifican su conciencia ante Dios. Y sus relaciones con el pueblo fiel son de mandato y obediencia, de honores y alabanza, de ostentación y orgullo.

Jesús presenta a un Dios que no justifica las relaciones de dominio y subordinación. Jesús ha manifestado a un Dios que no justifica las relaciones humanas de hipocresía y apariencias.

Jesús plantea entonces una alternativa en la estructura religiosa:

Lo que más humaniza en la estructura religiosa que sea necesaria, es tener relaciones de autenticidad entre unos y otros. Por ello hace falta más diálogo, sinceridad, cercanía y servicio entre todos, pueblo y servidores.

Construir comunidad y fraternidad supone tener actitudes de empatía: “ponerse en lugar del otro” para facilitar la ayuda del que lo necesita.

El evangelio supone la inversión de los valores que a veces tenemos en nuestra sociedad que no son auténticos: poder y control de los demás. Dios quiere relaciones de servicio y de ayuda mutua.

En este domingo, coincidente con la conmemoración de los difuntos, especialmente hacemos hincapié en el recuerdo de nuestros seres queridos ya difuntos, que por otra parte se hace todos los domingos.

Hacemos memoria agradecida de ellos ante el Señor en la confianza de que estarán en su Presencia y Gloria.

A ellos nos encomendamos ante el Señor Jesús.


Marcelino Sánchez sj