domingo, 5 de mayo de 2013

Seminario de Espiritualidad Ignaciana, tercera etapa del Peregrino

Sabemos que Ignacio se vio a sí mismo como peregrino. Aún de viejo, pocos meses antes de morir, al hacer su relato autobiográfico al P. Cámara, parece haberse referido a sí mismo como “el peregrino”, o “el pobre peregrino”, porque así lo llama frecuentemente el P. Cámara. Y es verdad, que la vida de San Ignacio es la de un peregrino, durante muchos años, hasta su instalación en Roma. Ignacio es un “peregrino” no sólo porque viaja a Jerusalén. La carta de Inés Pascual en que se firma con ese nombre, le escribe después de haber vuelto de su peregrinación a Jerusalén. Y sin embargo se sigue viendo y llamando a sí mismo como “El pobre peregrino”.
De alguna manera, Ignacio es un peregrino toda su vida. Un peregrino de Dios que pide ser guiado por Él. Así se ve a sí mismo - como nos lo revela un pasaje de su Diario Espiritual escrito en 1544 – necesitado de la guía divina para acertar en la elección del camino por el que “busca la voluntad de Dios”:
Leemos en ese pasaje del Diario correspondiente al día 5 de marzo de 1544, que mientras Ignacio preparaba el altar para decir Misa, pidiendo a Dios luz para saber cómo debía ser la pobreza de la Compañía de Jesús, sentía y hablaba así, dentro de sí mismo, con Jesús: “Donde me queréis, Señor, llevar”; “y esto multiplicando (=repitiendo) muchas veces, me parecía que era guiado, y me crecía mucha devoción, tirando a lagrimear. Después a la oración para revestirme (los ornamentos de la Misa) con muchas mociones y lágrimas ofreciendo me guiase y me llevase...en estos pasos, estando sobre mí, donde me llevaría. Después de vestido (revestido) no sabiendo por dónde comenzar y tomando a Jesús por guía...pasé hasta la tercera parte de la Misa con mucha asistencia de gracia y devoción calorosa... y decía, volviéndome a Jesús: Señor, dónde voy...siguiéndoos, mi Señor, yo no me podré perder”.
 
...Así comienza la reflexión elegida - basada en el texto de Horacio Bojorge -, de esta tercera parte del foro que ya está habilitado para los integrantes del Seminario de Espiritualidad Ignaciana.
Desde este blog, os animamos a participar en el foro para, entre todos, compartir los sentimientos, las mociones que la lectura orante de esta tercera etapa del Peregrino nos va sugiriendo a cada uno de nosotros. Esta riqueza en la dispersión cotidiana de cada uno nos une en la distancia en un mismo Espíritu y recrea de alguna manera esa unidad de los compañeros de Ignacio.
M.J.