La mañana de este pasado sábado 13 de
octubre tuvimos la XXIII Asamblea Diocesana de Catequistas, en el
colegio La Salle-El Buen Pastor de Jerez. La respuesta fue estupenda y nos
reunimos una vez más muchos catequistas de toda la Diócesis. El
ponente fue Francisco Echevarría (Diócesis de Huelva) y terminamos
la jornada con La Eucaristía compartida con un grupo de seminaristas
que amenizó con los cantos.
La bienvenida nos la dio nuestro obispo
D. José, animándonos y recordándonos la importancia del trabajo de
los laicos en la realidad de Iglesia actual.
En este encuentro se nos mostró en
primer lugar el contexto de la evangelización con la realidad social
que vivimos, inmigración, nuevas tecnologías, la diversidad de
espiritualidad laicas, … con todo esto tenemos que convivir e
intentar desde el ámbito de cada uno tener conciencia de lo
esencial, conciencia de misión, siempre con respeto, debemos dar
anuncio a los excluídos, a los más débiles, a los niños,
entendiendo que la evangelización es una necesidad interior y no un
deber.
Nuestra misión sin más, es sembrar,
sembrar pero sabiendo que quizás la cosecha la recojan otros.
Sentirnos “siervos inútiles” y dejar que Dios y el Espíritu
actúen. Poner en contacto a la criatura con el Creador (San
Ignacio).
La Fe debe ser integrada y cuando esto
ocurre transforma a la persona, el acompañamiento es importante,
Jesús cuando acompaña se centra en la persona, lo importante para Él es “acoger y acompañar”. Asumir lo humano como vehículo de
la presencia de Dios porque sólo llegando al corazón del hermano,
llegaremos al corazón de Dios.
La importancia del testimonio personal
avalará para dar un mensaje convincente. El reto y la urgencia de
evangelizar es grande, en estos momentos de crisis aún más.
Podemos ser cobardes o verlo como que “donde no hay
crisis no hay crecimiento”. La Buena Noticia sigue siendo
válida , hay que mirar hacia delante. No hay tiempo para mirar
atrás.
Espero que todo esto nos ayude a
interiorizar nuestra misión y tomar conciencia de su importancia,
sin miedos, quizás con más fuerza siendo conscientes de la realidad
que vivimos.
I.G.