Terminado el tiempo de Pascua. Celebramos la fe en Dios en el misterio divino formulado tradicionalmente como trinidad: Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu.
Esperamos que nuestra vida cristiana sea reflejo de esta vida “trinitaria” que está misteriosamente en Dios: variedad, relación, comunicación, vida, en definitiva: amor.
Y nosotros en tanto en cuanto mejoramos nuestras relaciones humanas y somos más comunitarios nos humanizamos más. Cuanto más avanzamos en una comunión de bienes, ideas, proyectos pensamiento más nos acercamos a Dios.