En Domingo de palmas y alegría, leemos esta año la Pasión del Evangelio de san Marcos. Aclamado, vitoreado, camino de la Cruz.
La Cruz de Jesús, expresión de su entrega hasta el final en los brazos del Padre, se une a las cruces del mundo, como en sombra alargada que une tantos dolores. El Padre también abraza nuestro mundo en la Cruz del Hijo, Cordero que quita el pecado.
Algunos se han preguntado después de Auschwitz si Dios realmente existe: “Auschwitz existe, por tanto Dios no puede existir”. No puede ser que si Dios existe haya pasado eso. Auschwitz, la muerte de tantos inocentes… tantas cruces. Le echamos la culpa a Dios de muchas cosas que son nuestra responsabilidad o de la responsabilidad compartida de la sociedad.
Hay otra manera de pensar y de vivir: “Porque Auschwitz existe, nesesitamos creer en la Misericordia de Dios”.
Yo me quedo con esta imagen de Fano. El Hijo en cruz compartiendo el dolor de tantos enfermos y víctimas del Covid. No hacen falta más comentarios.
Dibu: Patxi Velasco FANO
Texto: Fernando Cordero ss.cc.
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