viernes, 4 de septiembre de 2020

Paso a paso… cada día tiene su afán



Aunque no nos movamos en el ámbito educativo, nuestra vida se organiza inevitablemente al ritmo del curso escolar. Septiembre es siempre época de inicios, de propósitos y de proyectos nuevos. Lo que suele ser una época de ilusión y novedad, este año se ha convertido en un tiempo de incertidumbre gracias al COVID-19. Por más escenarios y posibilidades que se tengan en mente, nadie sabe muy bien cómo va a derivar la situación. No sabemos si habrá rebrotes, “nuevas olas”, vuelta atrás en las fases de desescalada o incluso confinamiento. El futuro es incierto y nos cuesta gestionarlo.

Nuestra incapacidad para prever el futuro puede ser una oportunidad para centrarnos en el momento presente y, como dice cierto entrenador de fútbol, ir “partido a partido”. En este año tan “raro” la invitación puede ser a centrar en el aquí y el ahora todo nuestro interés, poniendo en juego nuestras capacidades, a vivir con intensidad cada situación, a volcar el corazón en cada encuentro personal que se nos regala en el hoy y a dejar el mañana, que no podemos controlar, en manos de Dios.

Ya sabía Jesús que a veces no saboreamos con hondura lo que tenemos delante, por eso nos anima diciendo: “No os preocupéis del mañana; el mañana se preocupa de sí mismo. Cada día tiene su propio afán” (Mt 6,34). Si este consejo es siempre útil, ¡cuánto más si el mañana nos resulta impredecible! Lancémonos a vivir día a día, saboreando cada momento como único y especial.  

Ianire Angulo Ordorika

acompasando.org