Jn 14, 15-21
Si te suscribes a Jesús, te suscribes al Padre y Él te descarga de la nube su Espíritu Santo. Es la manera con la que nuestro querido Fano traduce el Evangelio de hoy a nuestro lenguaje actual. Así narra san Juan las palabras de Jesús: “Si me amáis, guardaréis mis mandamientos. Yo le pediré al Padre que os dé otro defensor, que esté siempre con vosotros, el Espíritu de la verdad”.
Entramos en el mundo fascinante de la Trinidad, donde el Amor es inagotable. Para cuidar esta relación, que va más allá de los “me gusta” (likes) o de los “me encanta” (loves), hemos de cultivar nuestra relación personal con Jesús. Él nos lleva al Padre que nos descarga la fuerza de su Amor, que es el Espíritu Santo.
Entramos en el mundo de Dios. Está bien que lo hagamos para descubrir cómo vivir realmente y dónde está la fuente inagotable de la que no podemos dejar de beber. La descarga del Espíritu es la que realmente oxigena nuestros pulmones y nos hace inmunes al “virus” del egoísmo que tanto circunda en el mundo de las fronteras, las barreras y la desigualdad.
Entramos en el mundo de Dios, para que su mundo transforme el nuestro, que también es suyo, pues Él lo creó por puro Amor. En la Verdad de Dios nos quedamos para que, lejos de las falsas noticias y de las pseudoverdades, podamos caminar con la dignidad de la persona creada a su imagen y semejanza.
Dibu: Patxi Velasco FANO
Texto: Fernando Cordero ss.cc.