jueves, 12 de diciembre de 2019

Acto penitencial parroquial

Todo el tiempo de Adviento es una larga preparación para la Navidad, para acoger al Señor que viene. El Adviento es una llamada. Es una invitación a la conversión. Una llamada a romper las cadenas de nuestro egoísmo, a desprendernos de todo lo que nos pesa por dentro. 

Es bueno que juntos nos pongamos ante el Señor para reconocernos pecadores y necesitados de su ayuda. Para ello, mañana viernes, 13 de diciembre, celebraremos en la parroquia el acto penitencial de Adviento. Será a las siete de la tarde, después de la adoración al Santísimo (que se adelantará a las seis y media).

El Señor nos espera. ¡Acudamos a su llamada!




Hazme ver, Señor, mis fallos y culpas,
los que no veo y los que no quiero ver.
Los stops a tu llamada,
los silencios ante la injusticia,
los talentos que no desarrollo,
la pereza para retomar tu camino,
la alergia a todo esfuerzo,
el apego a mi estatus,
el miedo a lo nuevo,
el bien que no hago,
esas diarias justificaciones...

Y, también, mis cumplidos por quedar bien,
mis ganas y manejos por ser el centro,
mis críticas ácidas que matan ilusiones,
mi desamor que justifico como falta de tiempo,
mi soberbia escondida y su falsa protección,
mis sentimientos mal encauzados que me anegan,
mis frenos a la generosidad ajena,
mis batallas oscuras y sin causa,
mi ridícula dignidad...

Hazme ver, Señor, mis fallos y culpas,
los que no veo y los que no quiero ver
Ábreme los ojos y el corazón.
¡Lávame, despiértame y renuévame!