Quiero comenzar este día
siendo consciente de la vida
que bulle ante mí,
y que Tú sostienes y bendices
con tu amor generosamente.
Quiero pasar por lo cotidiano
como quien estrena en cada momento,
en cada persona que encuentra,
en cada circunstancia y suceso,
lo que más ha esperado.
Quiero acoger lo novedoso e inesperado
como quien se sabe envuelto siempre
en regalos, abrazos y buenas noticias,
igual que un niño pequeño
en brazos de sus padres.
Quiero vivir hoy contigo,
atento a tu voz que llama,
mecido por tu brisa que alienta,
fijar mis ojos en los tuyos,
anhelando tus caricias y besos.
¡Va por Ti, Señor!
Florentino Ulibarri
Imagen de S. Hermann & F. Richter en Pixabay