“Nadie me quita la vida, yo la entrego libremente”. Esta es la libertad soberana del Buen pastor. Este es el que sabe que su vida es ante el Padre como “un folio en blanco”: nada está decidido, nada está perdido, nada está ganado. Todo queda por vivir. Escucha… escucha… como un folio en blanco
Jesús, el Buen Pastor, el que no marca por su cuenta y riesgo el camino. El que no te obliga a seguir sus senderos. El que vive contigo y discierne contigo. Despacio, libre, sereno, paciente. Porque sabe y nos dice una y otra vez que tu vida en como un folio en blanco… si tú quieres. Discierne… discierne… como un folio en blanco
El Buen Pastor, el que no se para ante los borrones y despistes de nuestra vida, como en un mal borrador. Al contrario: sigue invitando a escribir y a dibujar y a volar y a vivir… Sigue llamando. Y todo para que tú vivas y vivas en abundancia, a lo grande, sin estreches de alma. Porque eso es la vocación, eso es vivir vocacionado. Con Él. Vive… vive… como un folio en blanco
¿No te parece un plan suficientemente sugerente como para dedicar algún rato en esta semana? No importa la edad que tengas. No importa si ya has elegido un estado de vida o no. Es mucho más profundo: es tu nombre, tu vocación personal, tu folio en blanco, tu vida. Y eso, como la vida, no acaba nunca. Siempre llamados a escuchar, a discernir, a vivir. ¡Ojalá!
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