domingo, 14 de mayo de 2017

Dios en mí y yo en vosotros

La bonita relación entre el Padre y el Hijo, de confianza, amor, donación nos llega a nosotros, al mundo, aunque a veces nos de por darles la espalda y vivir como si Dios no tuviera que ver nada con nuestras opciones y dinamismos.
Pero lo cierto es que el Amor del Padre es tan grande que nos envía al Hijo para enseñarnos a amar. En un mundo, a veces un tanto infantil, egoísta y caprichoso, cuesta que nuestro amigo Jesús se convierta en modelo y genere dinamismo de donación. Pero Él siempre está a nuestro lado, revolotea el Espíritu que nos hace entrar en su Corazón.
Amigos, buena reflexión para hacerla vida, vivir en confianza y lanzarnos a la utopía de Jesús. Ojalá, como Charles de Foucauld podamos decir: “Padre, me pongo en tus manos…”.
Fernando Cordero, sscc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario