viernes, 14 de abril de 2017

"Padre, a tus manos encomiendo mi espíritu"


A ti, Señor, me acojo:
no quede yo nunca defraudado;
tú, que eres justo, ponme a salvo.
A tus manos encomiendo mi espíritu:
tú, el Dios leal, me librarás.

Soy la burla de todos mis enemigos,
la irrisión de mis vecinos,
el espanto de mis conocidos;
me ven por la calle, y escapan de mí.
Me han olvidado como a un muerto,
me han desechado como a un cacharro inútil.

Pero yo confío en ti, señor,
te digo: "Tú eres mi Dios."
en tu mano están mis azares;
líbrame de los enemigos que me persiguen.

Haz brillar tu rostro sobre tu siervo,
sálvame por tu misericordia.
Sed fuertes y valientes de corazón,
los que esperáis en el Señor.

Sal 30.2.6 12-13.15-16.17.25

No hay comentarios:

Publicar un comentario