Cada 25 de marzo celebramos
en CVX nuestro Día Mundial. Muchos de nosotros hemos podido experimentar el
regalo que supone ser una comunidad mundial que nos invita a mirar el mundo con
una mirada de universalidad, una mirada de la que en estos momentos nuestra
sociedad está muy necesitada por la cantidad de retos que tiene por delante.
Vemos a nuestro alrededor como proliferan las vallas, los muros, el rechazo al
diferente. Sin embargo, nuestra espiritualidad nos invita a celebrar nuestro Día
Mundial en la festividad de la Encarnación. San Ignacio, en una contemplación
de los Ejercicios fundante para nuestra espiritualidad [EE 101], nos invita a
mirar el mundo como lo ven las tres personas divinas "en toda su
redondez", desde donde no se ven fronteras, e invitándonos a responder
"hagamos redención" desde esa misma mirada.
El Día Mundial es un día
celebrativo. Celebramos el regalo de nuestra espiritualidad ignaciana,
comunitaria, laical y apostólica. Celebramos la Encarnación y el paso del Señor
por nuestra vida, personal y comunitaria. En esta fiesta debemos dar gracias a
Dios por todo esto y reconocer tanto bien recibido. Este año, tenemos además un
motivo más de celebración, ya que nuestros Principios Generales cumplen 50 años
de su aprobación en la 4ª Asamblea de la Federación Mundial celebrada en Roma
en 1967.
Así ocurrió este
sábado, con la invitación que la Comunidad CVX en Sevilla hizo a nuestra
Comunidad CVX Madre de Dios, para encontrarnos con ellos en el Centro Arrupe de
Sevilla.
La tarde comenzó a las 16h con una
dinámica que ayudó a conocernos entre todos más profundamente, además de para recordar
(volver a pasar por el corazón) nuestra historia con los Principios Generales,
como nos proponía
el Consejo Ejecutivo de CVX Mundial a través
de su revista Proyectos 166 “Recordando”.
A las 19h celebramos la Eucaristía
en
la que cinco miembros de CVX Sevilla asumieron comunitariamente su Compromiso
en CVX: Encarni y Enrique el Permanente, y Manolo, Macarena y Carolina el Temporal. Otros cinco motivos más de profunda alegría. Al finalizar
compartimos la cena como continuación de la celebración.
Pedimos al Señor con humildad que nos muestre
el camino a seguir y “que se haga en nosotros según su palabra” (Lc. 1, 38).
Ana Palomo, Presidenta de CVX Madre de Dios-Jerez
