sábado, 6 de agosto de 2016

Comentario Evangelio del domingo 7 de agosto (XIX Tiempo Ordinario, ciclo C) - Lc 11,13-21


"Al que mucho se le dio, mucho se le exigirá."
En estas palabras del Evangelio de hoy, Jesús nos da algunos consejos que debemos seguir, si queremos de verdad aceptarle a él. Nos dice que sepamos ser generosos con los demás, que sepamos desprendernos de lo que no necesitamos, si hay otros que sí lo necesitan.
Nos hace también la invitación a estar preparados para recibirlo. Independientemente de la venida definitiva y última en que el Señor vendrá a buscarnos (en la hora de nuestra muerte); independientemente de esa venida, Jesús viene a nosotros en muchos momentos y circunstancias: unas veces en forma de un buen consejo, otras veces en forma de personas que nos necesitan, otras veces por medio de la oración o de alguna lectura, etc. Pero siempre viene para que le acojamos, y acojamos sus deseos.
Insiste, por otra parte, en que estemos preparados cuando venga, porque viene cuando menos se le espera. Y pone el ejemplo del criado que está esperando a que llegue su señor, para abrirle la puerta de la casa, llegue a la hora que llegue.
Hay una frase muy interesante y muy comprometida. Dice: “al que poco se le da, poco se le exige; pero al que se le da mucho, se le exigirá, también, mucho”.
Y cada uno debemos mirar cuánto se nos ha dado. ¡Cuántas cosas nos ha dado el Señor, empezando por la vida, y siguiendo por una serie de amistades, familia, bienes materiales y espirituales, su amor constante, … y no acabaríamos nunca de nombrar todo lo que de él hemos recibido, y estamos recibiendo, a lo largo de nuestra vida.
Todo ello exige ser agradecido. Y la mejor manera de agradecer sus dones es responder a sus insinuaciones o mandatos, con nuestra manera de vivir y comportarnos. Estar preparados a recibirle en cualquier momento, venga en la forma que sea.
Félix González
Corazones en red