El amor es la prueba de la autenticidad
Jesús une sagrario y pobres, alimento y servicio, entrega y misión. Es una unión que no podemos olvidar. Es consustancial. La vida del sacramento nos conduce al compromiso con los que necesitan el pan en sus vidas. Pan para saciar el hambre y también pan que sacie su sed de existencia.
El Corpus nos invita a hacernos pan por los demás, a ser pan. Una vida de compartir, de “dar de comer”, como nos invita el Evangelio, de combatir tantas hambres de hoy.
¡Feliz Corpus! Jesús nos lleva a conectar aún más con la vida. Apostemos por ella.
Fuente: http://blogs.21rs.es/kamiano