sábado, 12 de marzo de 2016

Comentario Evangelio del domingo 13 de marzo (V Cuaresma, ciclo C) - Juan 8,1-11

En el Evangelio de hoy, presentan a Jesucristo a una mujer que había sido sorprendida en adulterio. Según la ley de los judíos debía tal mujer ser apedreada hasta morir. Ley machista cuanto cabe, pero así era. Y le preguntan para tentar a Jesús a ver qué deben hacer con ella. Si responde que se dé cumplimiento a la ley, lo tildaban de cruel. Si se inclina por el perdón, lo acusarían de ser contrario a la ley de Moisés. Pero el Maestro respondió: "El que de vosotros se sienta libre de falta, tire la primera piedra". Y todos, comenzando por los más viejos fueron retirándose de aquel lugar.
Sacamos algunas enseñanzas de esto. Primera, la prudencia. Conviene aprender a hacer el bien, pero sin dar pábulo a irritaciones innecesarias. Antes de tomar cualquier determinación pensar siempre en favorecer, pero a la vez sin causar indignación que puede ser perjudicial para todos.
Otra consecuencia, la misericordia hacia todos; tener el corazón bondadoso. Ponernos en el lugar del otro para no criticarlo y no zaherir a nadie. Y si alguna vez hemos de ayudar a alguien a salir de su pecado o de su mala acción, hacerlo con criterio bueno. Al pecado, sí, darle importancia; no tenemos que considerar el pecado como algo baladí: es la ofensa a Dios y el gran mal del mundo. Pero a quien comete el pecado, tratarlo con misericordia y comprensión; lo cual no supone aprobar su acción. Dadnos, Señor, un corazón comprensivo con quien obra mal, y una voluntad firme de rechazo al mal, al pecado.

José María Lorenzo