La comunidad cristiana celebra la
misericordia de Dios en el Sacramento de la
Reconciliación, por medio del cual somos liberados de todo cuanto nos separa de
su Amor y de nuestros hermanos.
Reconocernos sanamente pecador es muy importante, de lo contrario pueden
aparecer comportamientos que no nos ayudan a madurar ni a ser libre.
Mañana, antes de la Eucaristía de
la Comunidad, el primero de nuestros
grupos de catequesis de comunión recibirá por primera vez el Sacramento de la
Reconciliación. Ellos quieren decir Sí, tienen ganas de hacer las paces con
todos y, de este modo, prepararse mejor para el gran día de su Primera
Comunión.
Acompañémosle
y tengamos presente que…
· Les ayuda el ejemplo de otras personas: ver lo que hacen y cómo lo hacen… Necesitan
hablar, preguntar, ver testimonios de personas que hacen la verdad.
· Les ayuda
tener unos padres o unos educadores
que les diga: “esto así está bien”, “esto así está mal porque…”.
· Les ayuda
mucho ser tratados como personas, es
decir, que se les dé responsabilidad desde pequeños pero estando siempre al lado para ayudarles a
ver y juzgar las cosas que hacen. Esto exige estar
presentes, dialogar mucho y dar ejemplo.
· Les ayuda
mucho que los padres y educadores les hagan preguntas. Ellos no ven las cosas
como los adultos porque son niños, por eso para educarlos hace falta mucho diálogo. Les ayuda mucho la palabra de los padres y educadores
que les abre los ojos.