miércoles, 28 de octubre de 2015

Padres, hijos y redes sociales

Desde hace un tiempo, circula un vídeo que se ha hecho viral en muy pocos días debido a su contenido. Se trata de un experimento social sobre los peligros de las redes sociales. Un joven, con permiso de los padres de sus "víctimas", crea un perfil falso en Facebook y se hace pasar por un joven de 15 años para seducir a chicas de esa misma edad (e incluso menos) y quedar tras hablar tan sólo un par de días con ellas. Demostrar lo fácil que es engañar a alguien a través de las redes sociales y aprender de ello es el objetivo.




Sin duda, la ingenuidad, el atrevimiento o la poca formación digital que tienen nuestros hijos, resulta demasiado tentador para pederastas o secuestradores. Ocultan sus verdaderas intenciones detrás de un perfil cercano, familiar o atractivo para los jóvenes que comienzan a descubrir sentimientos como la amistad o el amor.

¿Qué podemos hacer nosotros como padres para evitar que se den estas situaciones?
1- Formarnos. Como padres estamos en la obligación de conocer y aprender del mundo en el que se mueven nuestros hijos. Buscar información, preguntar a expertos de la materia, actualizarse, crear cuentas y navegar. No pensemos que lo sabemos todo porque tenemos una cuenta en Facebook y Twitter. Sin duda, hay mucho más detrás. En definitiva, intentemos ir un paso por delante. Si conocemos bien la materia, sabremos qué pasos seguir a la hora de transmitir buenas indicaciones.

2- Hablar con nuestros hijos. Sí, parece evidente, pero no lo es. Hablemos cara a cara con ellos, sin miedos, con calma. Explicando para qué sirve una red social y cómo pueden utilizarlas. Qué es lo que está bien o está mal. Que conozcan sus peligros no les hará daño, les hará más fuertes. Incluso mostrarles nuestros perfiles puede generar un clima de confianza y seguridad. Ante todo, naturalidad.
3- Confiar. La tentación de jugar a los detectives y controlar las 24 horas del día todos los movimientos de nuestros hijos puede resultar contraproducente. Respirar, mantener la calma y tender las manos. Hagamos que se sientan respaldados y libres. Que confiemos en ellos les hará ser más responsables.
4- Observar. Confiar no significa “pasar” de lo que hacen. Observar cómo actúan o cómo se expresan nos dará pistas de cómo se sienten. Indudablemente, una actitud de secretismos, nerviosismo o tristeza son indicativos de que algo no funciona. Debemos preguntarles y escucharles. Seguro que se ha creado un clima de confianza lo suficientemente grande para este tipo de situaciones.
5- Estar preparados. Ante cualquier adversidad o contratiempo que surja. Cómo intervenir o a quién acudir puede evitar muchos problemas. Si no estamos seguros de algo, es mejor consultar a profesionales.
Es indudable que las redes sociales ya forman parte de nuestras vidas. Y algún día también formarán parte de la de nuestros hijos. No tengamos miedo, aprendamos con y de ellas.
Para terminar, os dejo un vídeo de la red social MÁS SEGURA del mundo, sin duda.





Roberto de la Fuente

Publicado por entreparentesis.org