viernes, 23 de octubre de 2015

Libertad y compromiso

«Vosotros, hermanos, habéis sido llamados a la libertad» (Gal 5, 3)

Y ahí, en el camino, ese difícil equilibrio entre ataduras y vuelo suelto, entre libertad y compromiso, entre echar raíz en alguna tierra, y pasar de largo por tantos lugares, entre encuentro y soledad, entre certidumbre y preguntas, entre Palabra y silencio. Las dos dimensiones son parte de la vida. Polaridades que enmarcan nuestra experiencia cotidiana, hasta que, entre ellas, conseguimos ubicar amigos, amores, aciertos, fracaso, proyectos, rutinas… Todo lo que necesitamos es estar preparados para ser, a veces, caminantes solitarios y otras veces peregrinos rodeados de brazos y de nombres. Para saber celebrar los días radiantes, pero no tener miedo de la niebla que a veces hace gris el horizonte. Esa es, precisamente, la belleza del camino. No poder dar por sentadas demasiadas cosas.

¿Cuáles son tus equilibrios?
¿Tus extremos vitales?

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