sábado, 22 de agosto de 2015

Comentarios Evangelio del domingo 23 de agosto (21º tiempo ordinario, ciclo B) - Jn. 6, 60-69

Seguimos leyendo el evangelio de Juan en el discurso del  “pan de vida”.  

El texto refleja la crisis de las comunidades judeo-cristianas de los años posteriores al desastre de la conquista de Jerusalén por los romanos y la destrucción del templo así como la separación definitiva de los judeo-cristianos de los demás judíos que constituyeron el llamado rabinismo posterior. 

El evangelista conecta esta problemática que están viviendo las comunidades con una reflexión teológica sobre la eucaristía. En el fondo está la ruptura, que se refleja a su vez en el rechazo a Jesús. Literariamente el evangelista lo que hace es retrotraerlo al Jesús histórico.

La comunidad entiende que hay que comprender la eucaristía como expresión simbólica profunda de la unión del discípulo con Jesús, su vida y destino. 


Por ello consideramos los siguientes puntos:

1º punto: La eucaristía es fundamental, pero hay que entenderla y profundizar en ella.

2º punto: Para vivirla es necesaria la fe como adhesión a Cristo.

3º punto: Esta adhesión a la persona de Jesús es a su vez reflejo de una fe madura y experiencial.

4º punto: Pero también la misma fe es un don de Dios. Es decir que se recibe abriéndose a Él, no por esfuerzo personal.

5º punto: Así se cierra la experiencia de la circularidad de la fe: De Dios Padre a Cristo, de Cristo a nosotros y vuelta a Dios Padre.
Marcelino Sánchez, sj