sábado, 25 de julio de 2015

Comentarios Evangelio Domingo 26 de julio (17º del Tiempo Ordinario, Ciclo B)

Interrumpimos la lectura continuada de Marcos durante varios domingos para proclamar el capítulo 6º del Evangelio de Juan prácticamente entero, que es como un tratado teológico, que se ha llamado “el discurso del pan de vida” y  que iremos leyendo en los próximos domingos.

En este contexto joánico, se trata de una reflexión teológica sobre la eucaristía, que está celebrando la comunidad todos los domingos, a finales del siglo I,  que resume en el concepto de fondo: en la eucaristía recibimos a Jesús, alimento para la vida verdadera.

El segundo contexto, se remonta a la vida histórica de Jesús. En su vida de predicador itinerante del Reino, además de los signos y las parábolas sobre ese Reino suscitaba en la gente el ánimo y deseo de compartir lo que se tuviesen. Eran sus comensalías: en el compartir el pan se realizaba en la práctica la comunión de ánimos y de vida. Ese carisma de Jesús de invitar a compartir entre todos era y es la fuerza para iniciar ya, al menos, en esbozo, como signo, la presencia del Reinado de Dios.


Y podemos considerar los siguientes puntos:

1º punto: En este mundo hay alimento y comida para todos (Signo de la multiplicación de los panes).
2º punto: El problema es que está mal distribuido.
3º punto: Este signo es eucarístico: dijo la acción de gracias y los repartió.
4º punto: Es expresión de la solidaridad real de Jesús con los pobres
5º punto: Expresión de la comunidad cristiana primitiva que comparte los bienes que tiene y resulta entonces que hay para todos y aún sobra.
6º punto: Si somos capaces de compartir lo que tenemos, mucho o poco, comenzamos a construir el Reino.
7º punto: Discrecionalidad de Jesús que no quiere protagonismos. Dios es el que ha de actuar.

Marcelino Sánchez, sj