martes, 21 de abril de 2015

Resurrección


Es la vida, poderosa, imbatible. Es recordarnos que la última palabra no la tiene la muerte, sino el amor. La Pascua es el tiempo de las apariciones, de la búsqueda con nuevos bríos. Jesús anda, en espíritu y en verdad, por nuestro mundo. No siempre le veremos. No siempre lo sentiremos. Pero está, proclamando la verdad última del Dios de la historia, de la creación entera y del cosmos. Dios quiere la vida. No la muerte ni las mil pequeñas muertes cotidianas infligidas por el pecado. Quiere la pasión auténtica del ser humano, esa que se hornea en risas y abrazos, en gestos de intimidad, en encuentros alrededor de una mesa, en huellas eternas.


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