Leemos el texto del evangelio de Lucas de uno de los
encuentros de Jesús resucitado en Jerusalén con todos los discípulos.
Lucas muestra encadenadamente las distintas
experiencias de los discípulos con Jesús vivo.
Después del encuentro de Emaús presenta este otro tras
la afirmación de que se había dado a conocer a Pedro.
La finalidad del relato evangélico es fortalecer a los
discípulos en la fe y por ello, el relato debe leerse en la clave
"promesa-cumplimiento", es decir, los discípulos en la experiencia de
que Jesús está vivo rememoran la vida que han tenido con Él y la releen
igualmente a la luz de la Palabra de Dios en la Escritura.
Puntos a considerar:
1º El relato refiere que
Jesús toma la iniciativa. Él se muestra a los discípulos. Ellos no se lo
inventan. El encuentro con Jesús resucitado es un don.
2º Pero es una
experiencia personal interior inefable e inexplicable. A Jesús no se le puede
retener ni manipular como está bien expresado en la experiencia de Emaús. Jesús
está en la dimensión de lo divino. Por eso el encuentro con él es una apertura
al Absoluto, a Toda la realidad.
3º El encuentro con el
resucitado libera de miedos y de frustraciones y abre a la contemplación generando
alegría, paz y comunicación a los demás.
4º Jesús muestra su
corporalidad y come con ellos para que le
reconozcamos. Porque en la apertura a la realidad de la vida hallamos a
Dios. La experiencia es verdadera, no ilusión subjetiva.
5º La experiencia lleva a
releer la Escritura en clave del Resucitado. Es decir, la Palabra nos ayuda a
objetivar nuestra fe interior y personal con la fe de los demás, de la
comunidad y asumiendo la Tradición.
6º Esta experiencia va en
dinámica de comunicación. No es para quedársela cada uno solo para sí sino para
testimoniarla a los demás.
Marcelino Sánchez sj