jueves, 6 de noviembre de 2014

Decálogo de la serenidad de Juan XXIII

  • Sólo por hoy, trataré de vivir exclusivamente al día, sin querer resolver el problema de mi vida de una vez.

  • Sólo por hoy, tendré el máximo cuidado de mi aspecto; trataré de ser cortés; de no criticar a nadie ni pretender disciplinar a nadie, sino a mí mismo.

  • Sólo por hoy, me adaptaré a las circunstancias, sin querer que las circunstancias se adapten a mis deseos.

  • Sólo por hoy, dedicaré treinta minutos de mi tiempo a una buena lectura recordando que así como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, la buena lectura es necesaria para mi mente y espíritu.

  • Sólo por hoy, haré una buena acción a favor de alguien que solamente yo sabré.

  • Sólo por hoy, haré dos acciones positivas que no sean de mi agrado y procuraré que nadie se entere.

  • Sólo por hoy, seré feliz con la certeza de que he sido creado para la felicidad.

  • Sólo por hoy, haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré íntegramente, pero lo redactaré. Y me cuidaré de dos calamidades, la prisa y la indecisión.

  • Sólo por hoy, no tendré temores, no tendré miedo a gozar de lo que es bello y de creer en la bondad. Puedo hacer durante un día lo que me descorazonaría si pensase tener que hacerlo durante toda mi vida. 


Extraído de pensamientosemanal.blogspot.com