sábado, 20 de septiembre de 2014

Comentario Evangelio del Domingo 21 Septiembre 25 de Tiempo Ordinario - Ciclo A



Para comprender bien el Evangelio de hoy hay que enmarcarlo en su contexto:
Jesús habla en parábolas para remover el ánimo del oyente y que se interrogue acerca de su vida y de la acción de Dios que se espera con la llegada del Reino.
La parábola hay que entenderla como un todo y se pretende que se deduzca una moraleja que ayude a profundizar en la comprensión del Reino de Dios que llega.
Las interpretaciones alegóricas de esta parábola no son felices, porque se pueden deducir afirmaciones de que Dios no es "justo" o que no trata a todos los hombres según justicia equitativa.
Esta parábola es exclusiva de Mateo y cuenta una historia ficticia de un dueño de una viña que busca jornaleros en el mercado, que los contrata yendo por el pueblo a diversas horas y les paga lo mismo a todos.
Obviamente, como hemos dicho, no se puede valorar la parábola con la mentalidad de la justicia distributiva (que aparece en el mismo texto en boca de los jornaleros contratados por la mañana).
Por tanto al oyente se le invita a deducir una moraleja que permanece de alguna manera oculta en la “conciencia” del dueño de la viña y se entrevé en sus palabras finales.
Por ello nos podríamos preguntar: ¿qué pasa en nuestro corazón cuando tenemos experiencia de amor gratuito?
Una moraleja podría ser: Dios es gratuito, los hombres somos interesados mercantilistas.
Otra moraleja: Hacen falta unos mínimos bienes para vivir con dignidad, todos los han recibido, pero lo fundamental no se compra, se vive por dentro.
Marcelino Sánchez Vázquez, sj