A
lo mejor fuiste un niño precoz que pronto dibujaste un ¡ ay ! en los
labios de mamá tras dar tus primeros pasos.
A
lo mejor ella te dejó avanzar como torpemente pudiste en dirección
a la puerta de la calle, siempre con un grito ahogado por la mano que
tantas veces te acarició el cabello.
A
lo mejor danzó su alma con música de ángeles cuando le llevaste
tus primeras notas con un beso.
Marcelino con su hermana Pilar |
A
lo mejor se alegró y entristeció a partes iguales cuando le dijiste
con toda la delicadeza de que fuiste capaz: Mamá, otro es mi camino.
A
lo mejor su corazón se esponjó de la dulce caricia de tu amor
filial correspondido.
A
lo mejor sentiste su calor maternal otra vez, de nuevo, como en su
seno, en sus postreros paseos por Sierpes de tu brazo.
A
lo mejor, llegó la hora en que Mamá se encomendó a los brazos de
Papá Dios para dejarse llevar por sus brisas de eternidad hasta
aquel rincón donde habita la memoria de la Vida, del pasado,
presente y futuro unidos en el hatillo de la Esperanza interminable y
resucitadora de Cristo.
Adios
Mamá. Tu hijo nos dice mucho de ti. Te queremos
M.J.