domingo, 14 de octubre de 2012

Un sitio reservado para ti, Jorge


Hoy te he recordado, con tu temple, tu fuerza, tu tesón, en ese prolegómeno eterno que se asienta en los recovecos de mi memoria, al encuentro del Señor en la Eucaristía, en la biblioteca o en el Templo, afinando, repasando, animando.....ensayando los arpegios y las melodías que eliges siempre con criterio y dedicación, con la ayuda de tu coro, de tus amigos.
 
Esta crisis que a todos nos atenaza y nos revuelca en aquellos valores que, ilusos, creíamos inmutables y para siempre; cuyas causas son mentira y sus consecuencias crueles realidades, te empujó a buscar y encontrar caminos nuevos junto con Rocío, para tí y tu familia, Caminos de Esperanza, de un futuro mejor, real, ilusionante, posible y cercano.
 
Hoy, como hace varias semanas, tus compañeros de instrumentos se sienten huérfanos de ti, pero tienen la certeza que El Señor te mima, te acuna y te señala la senda a seguir en cada momento. Tu misión ahora está lejos de nuestra Parroquia de ladrillos, pero cerca, al fin y al cabo, de nuestra Parroquia del Corazón, donde anida El Señor, con todos los tuyos, con nosotros.
 
Por eso, nadie se atreve a ocupar ese taburete cercano al Altar en el que tus notas son caricias a los oídos de Dios y Dios se regocija en ellas y en  ti como reservándolo, como no queriendo ocupar el sitio al que algún día, y El Señor quiera que te de oportunidad, vuelvas y tomes de nuevo la batuta que tu coro te guarda, con el que compartes la música de Dios que es El Evangelio.
 
Si no fuera por mi eterna timidez, hoy, al sentir el pellizco de tu ausencia, habría salido a dar Gracias a pleno pulmón por ti, por Rocío -nuestra fotógrafa preferida- y por vuestros churumbeles, por el último escalón de una saga -Los Solís- que con Amor y genialidad, han construído un relicario a lo largo de los años, un lugar en el que Dios se acomoda gustosamente para deleitarse con los versos cantados del alma.
 
Nos vemos en El Corsario, amigo
M.J.