Ni en sus peores pesadillas pudo vislumbrar
la deriva que tomaría su empresa, del ERTE al ERE y de ahí, a la cola del paro
en un deslizamiento vertiginoso sin apenas tiempo para asimilar la rapidez de
los acontecimientos.
¡Esta es la crisis! El paso rápido y veloz de
una sociedad adormecida por un estado del bienestar mal entendido y peor
ejecutado a una sociedad angustiada por las continuas reformas y
contrarreformas económicas sin apenas dar tiempo a la protesta, a la
movilización social, a gritar ¡estamos aquí!.
Hoy, nos encontramos con miles de seres
humanos que abandonaron estudios y proyecto de futuro buscando un atajo que se
les vendió como fácil y justo hacia su posicionamiento social. Hoy nos
encontramos con una gran masa humana que asiste impotente a la crónica del
descalabro en los informativos de todos los canales temiendo ser los siguientes
en esta ya larga lista de recortes que ya han tomado carta de naturaleza entre
las políticas más sensibles a la justicia humana: educación, reforma laboral, sanidad universal, derechos humanos…..con el
riesgo inherente de convertir la Democracia en sólo un ejercicio virtual de
convivencia, abriendo la puerta a radicalismos homofóbicos que retornan como
fantasmas del pasado a la vieja Europa.
Movimiento 15-M incluido, entiendo que sólo
los restos ilustrados de nuestra sociedad (un vistazo al informe Pisa) tienen
la capacidad suficiente para revertir la perversidad de los impulsos sociales
que nos “regalamos” en tiempos de bonanza. Esos impulsos basados en el dinero
fácil, la corrupción, los intereses políticos y económicos y en el poco apego a
la cultura y al esfuerzo colectivos.
Y nosotros, miembros de CVX, como colectivo
eclesial entre los que se encuentra un gran número de personas con capacidades
y estudios suficientes para ser luz entre tantas oscuridades (y que tampoco se
detrae a los golpes en forma de desempleo y precariedad), adoptar un papel
inspirador, reformador entre la sociedad,
debemos dar un pragmático paso al frente y aportar nuestros esfuerzos no
sólo a la denuncia de tantas injusticias cometidas, antes y ahora; también son
necesarios esos esfuerzos en proponer, luchar contra la incultura, animar, implicar
e implicarse en la reconstrucción de un país en el que está en juego más que
nuestra propia supervivencia, la amenaza de derribo del futuro en los hijos de
nuestro presente, en el sentido más amplio de la expresión y por ende, en la
parte que nos toca como país, la esperanza en generaciones venideras, de un
mundo más fraterno, equilibrado y justo más allá de nuestras fronteras.
Construir el Reino de Dios Re-creando la sociedad.
- En la Evangelii Nuntiandi (Pablo VI: exhortación
apostólica al episcopado, al clero y a los fieles de toda la Iglesia acerca de
la evangelización en el mundo contemporáneo): “La evangelización no sería completa si no
tuviera en cuenta la interpelación recíproca que en el curso de los tiempos se
establece entre el Evangelio y la vida concreta, personal y social del hombre”.
O sea: Tenemos el derecho y el deber de
juzgar “el encaje” de cualquier opción económica o política, con la ley moral,
con la razón humana y con la verdad revelada.
- La encíclica Cáritas in Veritate empieza
así: “La caridad en la verdad, de la que
Jesucristo se ha hecho testigo con su vida terrenal y, sobre todo, con su
muerte y resurrección, es la principal fuerza impulsora del auténtico
desarrollo de cada persona y de toda la humanidad”.
El camino está marcado, dos claras líneas a
seguir para encarnarnos también en una sociedad, la española, que se lame las
heridas, con valentía y prontitud.
….y una lectura orante de Mt. 25, 31-46 (Juicio a las Naciones) nos puede hacer entender el papel
inspirador, reformador, coherente y responsable que como miembros de la Iglesia
debemos adoptar.
Manuel Jesús Ortega, CVX-Madre de Dios Jerez
Manuel Jesús Ortega, CVX-Madre de Dios Jerez
Extraído de Comunidad de Vida Cristiana - cvxe.blogspot.com