A veces me pregunto si mi diálogo con Dios, mi oración, no se reduce a
estos cuatro elementos: Dar Gracias, Pedir, Ofrecer (esta menos),
Pedir perdón (esta más). A veces me pregunto si no vacío de contenido
o trivializo mi relación con Quien me creó de tanto recurrir
persistentemente a estos cuatro convencionalismos.
Sin embargo, en nuestro proceso personal de integrar la Fe con las
Obras (Misión), estos cuatro puntos cardinales encierran una riqueza
implícita en el espíritu y las experiencias de cada persona, de cada
ser, convirtiéndose en una auténtica Rosa de los Vientos que nos guía
en nuestro acercamiento con El Creador, allana los caminos de los que
Dios se sirve para hacernos sentir El Amor y nos hace más humanos en
la búsqueda de la coherencia entre lo que verbalizamos y lo que
hacemos. A partir de ahí, se abre un mundo de posibilidades (muchas
por explorar) en nuestra Oración.
Las expresiones, sentimientos o signos de agradecimiento en el entorno
CVX se repiten mucho, muchísimo y eso en su momento me llamó
poderosamente la atención, a la vez que los asumí como propios de
manera inconsciente.
Y es que es verdad que buceando en las personas conocerás a Dios.
MJ
