sábado, 10 de febrero de 2018

Comentario Evangelio del domingo 11 de febrero (VI Tiempo Ordinario, ciclo B) - Mc 1,40-45


En el Evangelio de hoy vemos como Jesús se salta la ley que margina y excluye a la persona para ponerla por encima de la ley, incluso de la ley religiosa, porque Jesús pone en el centro la vida de la persona.
Jesús se encuentra con un leproso, un excluido de la sociedad, una persona muerta en vida, una persona que la única compañía que tenía era la soledad. Este hombre cansado de su vida decide acercarse a Jesús. Lo hace convencido de Él lo curará, sanará su cuerpo y volverá a vivir dignamente. Jesús ve su fe y se compadece de él. Lo cura, pero le dice que no diga nada a nadie, pero el hombre no hace caso y se dedica a pregonar que Jesús lo ha curado.

A partir de ese momento Jesús tiene que apartarse de los sitios públicos, porque Él también se ha convertido en un excluido al defender a los más débiles y marginados. Pero la Buena Noticia que Jesús trae se va extendiendo y todo el que la descubre va en busca de Jesús.
Actualmente vivimos en un mundo nada fácil, cada vez hay más pobreza y marginación a pesar de que existen más riquezas, más medios para comunicarnos, tenemos mejor sanidad, pero también tenemos más personas paradas, más excluidos.

Caigamos en la cuenta que seguir y amar a Jesús es amar, compartir y trabajar por los hermanos más desfavorecidos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario