No tengamos miedo. Dios Padre cuida de nosotros, tiene contados hasta nuestros cabellos, revuelve con su arte nuestra imaginación y nos hace sonreír. A Dios le preocupamos, somos importantes para Él. Todo le resulta importante, incluso la pequeñez de los cabellos.
Dios tiene corazón. Y su corazón es volcar su Amor en la humanidad, especialmente en los más suficientes y excluidos.
¡Gracias, Señor, por estar tan pendientes de nosotros! Que sintamos siempre tu cercanía, tu protección, tus cuidados y tu amor.
Fernando Cordero, sscc.
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